Titulares

El Mercado Inversión, la Volatilidad Tecnológica la Respuesta Legal

 Por Isaac Abreu

 

En los últimos 20 años, el mundo ha experimentado innumerables cambios que han revolucionado de manera predominante el sistema esquemático que prevalecía en el mercado. Como resultado, los elementos que convergen en las estrategias comerciales han sido vulnerados debido a la falta de adaptación a las nuevas sistematizaciones tecnológicas y a la carencia de respuestas legales efectivas. 


Esto se debe a la falta de planificación de los impactos macroeconómicos que podrían surgir, así como a la falta de robustez legal en lo que respecta a la inversión y la estructuración de la oferta de productos y servicios por parte de las empresas.  

 

El éxito de una inversión no se basa únicamente en la solidez del mercado en el que invierte, sino que involucra varios elementos que deben respetarse para que la inversión no descuide los aspectos fundamentales de seguridad jurídica y estabilidad financiera. Por lo tanto, producto de la falta de las normativas legales, la ausencia de ajuste a las nuevas tecnologías como la inteligencia artificial y la falta de consideración de herramientas legales como un método preventivo en la gestión de productos o servicios, es posible que las empresas fracasen en sus intentos por mantener la eficacia en su proyección comercial.  

 

El empresariado debe enfatizar la importancia de tener un marco legal en las empresas, ya que influye en un gran porcentaje en lo que corresponde a la eficacia de la inversión.


 El organigrama legal de una empresa debe ser un pilar fundamental de la estrategia comercial. 


Esto se debe a que es el que otorga solidez a los estamentos comerciales, tanto desde el punto de vista de la estructuración de la inversión como en la respuesta del mercado a la adaptabilidad de los nuevos marcos regulatorios adoptados debido a la revolución tecnológica y las nuevas tendencias comerciales.

 

La volatilidad tecnológica se circunscribe a la aparición de nuevas tecnologías y nuevas maneras de interactuar con los clientes que obligan a modificar los métodos de mercado y crear respuestas que necesitan de un estamento legal que las regule.

 

Es por ello que, en la actualidad, múltiples países como Estados Unidos, China, Reino Unido, entre otros, han sentado las bases para la investigación del impacto de dicha volatilidad tecnológica derivado de la inteligencia artificial. 


Además, se preparan para discernir sobre cómo el Estado debe responder ante las exigencias legales y ante la solidez de su mercado, así como la proyección que puede brindar en cuanto a la seguridad jurídica de su país para los futuros inversionistas, con el objetivo de evitar una crisis que ponga en jaque la confiabilidad del mercado y que haga que el Estado no pueda dar una respuesta que cumpla con las nuevas exigencias que traen estos tiempos tecnológicos.

 

Un ejemplo de crisis fue la económica del periodo 2007-2008, producto de la burbuja inmobiliaria que experimentaba Estados Unidos. 


La obligación colateral por deuda supuso la caída del mercado financiero debido a los préstamos de alto riesgo, como las hipotecas subprime, otorgadas a personas físicas y jurídicas sin un examen de la capacidad de pago de las hipotecas, lo cual explotó en la desconfianza crediticia.

 

Aunque el mercado tenía la capacidad para detectar la burbuja financiera, no acogió ningún método preventivo que certifique la solidez crediticia del solicitante y no se adaptó a los medios tecnológicos preventivos de ese momento, lo que provocó el colapso del mercado de crédito para financiar las operaciones de prevención e impacto de la crisis en las inversiones.

 

Por lo tanto, en el contexto actual, es imprescindible lograr una fusión ecléctica entre la estrategia legal, tecnológica y comercial dentro del aparato de inversión de las compañías.


Esto permitirá evitar situaciones similares que podrían desencadenar en el declive de la inversión, al mismo tiempo que brinda una preparación anticipada capaz de sustentar una respuesta contundente frente al mercado.

 

Genuinamente, el mundo está cambiando y cada vez más surgen precedentes tecnológicos. En síntesis, en caso de que el sistema financiero no esté preparado para adaptarse y en caso de que no se adopten las medidas legales pertinentes, no podrá realmente dar una respuesta efectiva a las exigencias del mercado y a la volatilidad de la tecnología.


 Es por esto que, deberíamos hacernos las siguientes preguntas: 


¿Tenemos las capacidades suficientes para responder a los posibles efectos de la inteligencia artificial en materia de inversión? ¿Estamos equilibrando la creación de valor con la gestión del riesgo? 


¿Cómo el no robustecimiento del sistema legal frente a los fenómenos tecnológicos puede vulnerar el mercado? Y, ¿Cómo la inteligencia artificial generativa puede afectarnos a corto o largo plazo? 


Esas son algunas de las preguntas que tanto el empresariado como la comunidad jurídica deberían realizarse para evitar embarcarnos en una encrucijada desafiante producto de la inexistencia de acciones que prevean y que aborden temas como este.

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